Tanto si has trabajado siempre desde tu casa como si de repente te encuentras en esa situación, o simplemente quieres un espacio apropiado para guardar documentos, facturas, y trabajar sentado en una silla de oficina ante una mesa con tu ordenador, sin «ocupar» la cocina o el salón, una oficina en casa es una opción cada vez más interesante en los tiempos que vivimos. Los más afortunados ya tienen una habitación que usan como estudio, otros destinan a ello el cuarto de huéspedes… Pero si no dispones de ninguno de ellos, puedes plantearte en crear un espacio de este tipo incluso… ¡en el armario! – hay quien incluso ha aprovechado la caseta del jardín…
Ahora bien, lo ideal es dedicar un cuarto entero en exclusiva a crear tu home office. Aunque, naturalmente, no es tan sencillo. Todo se expande hasta ocupar todo el espacio disponible, ¿te suena?. En primer lugar, deberías decidir qué puedes almacenar o archivar a largo plazo, y ponerlo allí. Se trata de organizar los archivos en cajas y estanterías y vaciar el archivador para que dejar de usarlo como un basurero. También vale la pena llamar a un electricista para añadir enchufes adicionales donde sean necesarios, para poder situar la mesa y la silla de oficina o estudio donde tú quieras y no donde están los enchufes. Con unas cuantas lejas y una papelera (que hay que vaciar con frecuencia), ya tienes el mínimo imprescindible para trabajar a gusto desde casa.